lunes, 8 de marzo de 2010

RENUNCIA

Renuncio a vestirme de gala,
a ser una herramienta del poder

Renuncio a las palabras complecientes
y endulzadas que gustarán
pero también a las que a causa de
su estruendo intentan trascender

No quiero ruido sin melodía
no quiero cursis razones
no quiero caos simulado
no quiero orden sin fuego

Renuncio a llenar la hoja
de palabras blancas

Renuncio a la perfección
a esa perfecta simetría
que no deja espacio para
el vació, para el misterio

Renuncio a la enunciación
de vanguardia
que se apoya en modelos
exitosos

Renuncio a huir de la verdad
ocultandome tras la engañosa
belleza

Renuncio a la provocación
ingenua o tramposa
que alborota consciencias
con ideales de unos cuantos

Renuncio a la etiqueta de un partido
de una clase o una lucha
cuando mi única pelea es con
el sendero de la letra
de la letra verdadera,
de la letra que no distrae
de la letra que desgarra
que a veces calla
para retomar su fuerza

Renuncio a no hacer
que cada línea
pueda levantarse de la hoja
darte un zarpazo en la cara
roer la realidad
proponer una nueva

Renuncio a responder
a dar consuelo
a elogiar,
a reproducir la existencia

Renuncio a dar vida a lo conocido
a no crear una camino alternativo
del entendimiento, del sentido
de cada sentido
del sentir inestable

Renuncio a estar quieta y mantener
posturas,
me reconozco eterno movimiento
flexibilidad errante

Renuncio a no ser espejo
para que encuentres
tu rostro entre mis letras
tu rostro
distorsionado
entre mis letras,
a causa de ellas

Renuncio a ser una idea acabada
y a terminar siendo una sola idea

Renuncio recorrer caminos desgastados
pero es inevitable
tal vez,
a lo único que pueda renunciar
es a no ser yo
y esa renuncia se vuelve falsa
porque soy todos
soy lo que han sido, lo que han
escrito, su producto es lo que soy

Sólo espero que te cimbres.
Renuncio a no provocarte nada.

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